Cuando se lleva a cabo una compraventa de un inmueble, es común que se deban realizar trámites, diligencias y desembolsos por ambas partes, donde algunos gastos los cubre el comprador y otros el vendedor. Sin embargo, si eres el comprador, es importante que sepas que existen impuestos que se pueden deducir, lo que te permitiría tener menos gastos por la transacción inmobiliaria. Esto se conoce como ventajas fiscales y puedes aprovecharlas para hacer una deducción de impuestos al comprar un nuevo departamento. Si aún no sabes cómo funcionan estas ventajas y cómo sacarles provecho, te recomendamos que sigas leyendo este artículo.
Impuesto sobre la Renta (ISR)
En una compraventa de inmuebles, tanto el comprador como el vendedor tienen ciertas obligaciones fiscales que deben cumplir. Entre ellas, se encuentra el Impuesto sobre la Renta (ISR). El Código Fiscal de la Federación (CFF) establece que la enajenación de bienes implica el traspaso de propiedad, lo que significa que el vendedor deberá pagar el ISR correspondiente al vender su inmueble, ya sea una casa habitación o un local comercial.
Para determinar el monto que debe pagar el vendedor, las autoridades fiscales toman en cuenta una serie de parámetros, siendo el más común la ganancia obtenida. Para establecer el monto en función de la ganancia, se divide el precio de venta entre el tiempo que el vendedor ha sido propietario del inmueble. Por ejemplo, si el precio de venta del inmueble es de $1,200,000 y el vendedor ha sido propietario del inmueble durante 12 años, se divide $1,200,000 entre 12 años, lo que da como resultado $100,000, que representa la ganancia obtenida por cada año.
A esta ganancia de $100,000 se le aplica la tarifa anual de ISR, lo que da como resultado $7,929. Considerando que el vendedor ha sido propietario del inmueble durante 12 años, se multiplica el ISR anual de $7,929 por los 12 años de propiedad. Esta operación determina cuánto tendrá que retener el notario en el pago provisional.